A las 9 de la tarde clavadas, con precisión quirúrgica, la Agrupación Musical de San Sebastián inició los compases de arranque oficial de la Feria y Fiestas de Santiago y Santa Ana. En la Plaza Mayor, la comitiva estaba preparada, con el alcalde y el pregonero de turno a la cabeza. Junto al pórtico norte de Santa Catalina, los gigantes y cabezudos anduleaban, mientras La Banda Municipal atendía las indicaciones del maestro. Aunque los más inquietos, como siempre, eran los niños. La Plaza Don Diego estaba abarrotada, con los más pequeños en primera fila. De tras, sus padres disfrutaban tanto o más del momento más mágico de la feria. Efímero pero mágico.
Con música alegre comenzó el desfile inaugural. Predominaban las sonrisas, las caras de alegría, las ganas de feria, en suma. Al cruzar la Avenida de la Constitución, primera parada. Sale la tijera para el corte de la cinta. El alcalde va repartiendo trozos entre los aplausos de la gente y una nube de flashes. A continuación, otro breve paseo para entrar al parque municipal. Junto a la fuente central, la bandera de La Solana. Suena el himno mientras sube la enseña local. Momento estelar. La feria está en marcha.
La comitiva completa su paseo protocolario por algunas casetas y tiovivos, ya rumbo al teatro Tomás Barrera. El pregón de feria 2018 está a punto de comenzar…
Luis Díaz-Cacho cerró el turno de intervenciones. Habló del pregonero como una persona humilde y sacrificada “que camina por la vida sin darse la importancia que tiene su desvelo diario por cuidar de los demás”. Sin embargo, destacó por encima de todo que “es uno de los nuestros, siempre solanero con raigambre de pertenencia, orgulloso de haber corrido por estas calles y haber vivido las ferias del antiguo pajero”.
Trasladó un mensaje de compromiso, hermandad y solidaridad, destacando la gran noticia de la lluvia “que ha llenado nuestro pantano y empapado nuestros campos”.