
Cualquier opción por posicionarte en un escenario calculadamente polarizado, supone una adhesión desesperada y motivada por la presión, el desconcierto, la incomprensión, la incertidumbre, la inseguridad y el miedo. La receta prescrita, a medida de los intereses de este sistema enfermo, pasa por estar con alguien o contra alguien.
No sé. Me parece que de aquí solo cabe esperar que ocurran las peores barbaries y atrocidades humanas, ya sea atacando, defendiendo, alentando o aplaudiendo. Bien haría la “ayuda humanitaria” en llegar por una vez a tiempo, es decir, antes de que se produzcan las diferentes calamidades y desastres humanamente provocados. También haría bien pensar humanamente antes de tomar partido en un juego intrínsecamente inhumano cuyas reglas han sido creadas por los artífices de un sistema terrorista y terrorífico que se nutre precisamente del terror y el temor, con el fin de mantener, producir y reproducir una lógica contra todo sentido, contra todo sentir, contra la intuición, contra la razón, contra el conocimiento, contra todas las personas, contra absolutamente todo, incluso contra sí mismos.
Nos plantean que la única opción es estar con alguien o contra alguien. Deberíamos valorar que bajo esta disyuntiva que puede que no quede nadie. |