Pepe Abad: "Me he sentido querido y muy respetado al frente de El Desván y me ha engrandecido mucho como persona"

José Abad Garrido, más conocido popularmente en Valdepeñas como Pepe el del Desván, lleva unos 25 años al frente de este establecimiento que podemos encontrar en la calle Escuelas de la localidad. Una típica mercería en la que podemos encontrar muchas más cosas y donde son especialistas en arreglos de todo tipo. Y también son famosos sus escaparates. Pero como todo lo que empieza tiene un final, Pepe llega a la edad de jubilación y el próximo mes de mayo dejará su negocio. Un negocio que le ha dado muchas alegrías a lo largo de su vida, donde se ha sentido muy querido y respetado y que asegura que le ha "engrandecido como persona". Echamos la vista atrás con él en esta entrevista a modo de despedida de su clientela, que sin duda, le va a echar de menos.

¿Cuántos años hace que abrió sus puertas El Desván?

Hace unos 25 años. Primero estuvo situado en la calle Escuelas pero más abajo de donde está ahora mismo. Luego abrimos una tienda en Valcentro, separando la rama de manualidades de la de mercería. Esa tienda la cerramos al cabo del tiempo y finalmente nos quedamos donde estamos ahora.

¿Qué es El Desván?

Básicamente es una mercería. Pero luego hemos ido añadiendo más cosas, como ropa interior, pijamas,... Pero el disfrute de El Desván es una tienda de servicios. Es decir, hay muchas cosas que sólo hacemos nosotros y tenemos la suerte de recibir a mucha gente de la comarca que vienen solamente a eso. Por ejemplo, arreglamos pulseras, collares, cuadros, hacemos punto de cruz especial con fotografía incluida, que las hago yo, forramos botones en el acto, arreglamos perchas y blusas, ponemos cremalleras sin ningún problema... Y todo esto, cuando viene una modista de Infantes con una lista de 38 cosas y se las lleva las 38 resueltas es nuestro placer. Basándonos en ese punto, hemos puesto toda la carne en el asador porque me gusta haberme sentido importante y práctico. Y luego ha funcionado bien en el sentido de la mercería. 

Otra de vuestras especialidades son los escaparates...

Sí, durante diez años seguidos conseguimos los primeros premios en el concurso de escaparates. Es cierto que al principio había mucha competencia y luego menos pero el prestigio que a mi me dio aquello fue muy importante. Y desde entonces hasta hoy yo intento disfrutar colocando escaparates de tal manera que si pongo un escaparate y la gente no lo mira, lo cambio enseguida porque es que no está bien. Así que he disfrutado mucho también con los escaparates. 

Y ahora llega el final...

Sí, quiero llegar al final de la etapa, me encuentro bien, estamos en gestiones con mis compañeras pero como a priori no hay una decisión, yo finalizaré esto en mayo y me dedicaré a mis hobbies a ver qué descubro en mi vida. Porque ya con 13 años trabajaba y mi tiempo libre han sido las vacaciones.

¿Qué balance puedes hacer de estos años aquí?

Tengo que decir que he disfrutado. Vengo de una familia del campo, de siete tíos y catorce primas, estaba trabajando en una tienda fijo, me lancé y me monté aquí por mi cuenta. Por lo tanto no pasé por el instituto y ahora voy a enseñar lo que pasa con un chico que está seguro en una empresa y se sale por su cuenta y se arriesga para decirles que se puede ser autónomo, mejor con base de instituto. Yo he disfrutado, me he sentido querido y muy respetado y me ha engrandecido mucho como persona, me ha encantado. He sentido el saludo, soy de Valdepeñas pero podría ser de cualquier otro sitio porque no me ata la tierra, me atan las personas. Aquí Pepe es Pepe. He vivido muy bien, encontré por el camino a una compañera que se acopló a mis hobbies, que era la fotografía y los escaparates. A partir de ahí hemos tenido una vida estupenda, viajamos bastante dando vueltas por el mundo que culturalmente es lo mejor que se puede hacer. Para mí no ha sido un trauma venir a trabajar. El autónomo tiene sus problemas, si llueve no vendes, al final de mes hay que pagar pero llega Navidad y recuperas. Cuando llevas un poco de tiempo, esa recompensa te llega. Así que me he sentido muy feliz, muy a gusto, y me ha hecho una persona emocionalmente muy relajada.

¿Recuerdas alguna anécdota que haya pasado en El Desván?

Recuerdo por ejemplo gente de Madrid que ha venido aquí a comprar porque no encontraban las cosas allí. Y hace unos años me llamaron de El Corte Inglés para que me fuera a trabajar con ellos de escaparatista. Pero me quitaban la libertad. Tenía que tener disponibilidad en todo momento. Eso fue para mí muy importante. Luego también ha pasado por aquí gente famosa como Paco Clavel, actores que vinieron a hacer una obra de teatro y le hablaron de la tienda y pasaron por aquí.

¿Cuánta gente ha trabajado aquí a lo largo de los años?

Al principio entró mi hermana hace 25 años. Luego entró Celia y después Paqui. Mi hermana se jubiló en mayo del año pasado. Así que hemos pasado por aquí tres mujeres y yo. 

¿Y cuando cierres qué van a hacer tus clientas?

Puse ayer el cartel y no te puedes imaginar cómo me han preguntado que qué van a hacer ahora. Me encanta tener esa visita con esa amabilidad y esa sinceridad porque yo sé que es verdad. Sólo lo pueden arreglar aquí. Son retos para nosotros. Pero ahora no sé qué van a hacer. A ver si Celia, que es la maestra que sigue aquí, se anima y sigue con el negocio. Me encantaría.

¿Y a nivel personal te vas a dedicar a tus hobbies?

Sí, la fotografía, las manualidades y viajar. Y ya tengo proyectos en cuanto a las manualidades porque en casa pegamos cristales, hacemos barro y cerámica,...

¿Un mensaje final?

Agradezco y agradeceré que me paren a saludarme por la calle mis amigos, mis conocidos, mis clientes. Eso es un agradecimiento eterno.