Artículo de opinión sobre la Escuela de Música

En una reciente entrevista radiofónica y otra en televisión local, el señor alcalde de Valdepeñas ha llamado "egoístas", "insolidarios" y "privilegiados" a los padres de los alumnos de la Escuela Municipal de Música y Danza que se han atrevido a protestar por la subida de tasas de la que es la escuela municipal más cara (hablamos del doble o más) de los municipios cercanos y otros no tan cercanos de los que tengo noticia. Dicha subida pretende aplicarla cuando ya está iniciado el curso y habiendo cobrado en su día una matrícula que, suponía yo, comprometía a ambas partes al pago de unas tasas a cambio de unas clases durante los meses que dura el curso.

No me duelen los insultos que tan alegremente profiere el señor alcalde, pero sí me entristece comprobar cómo en este país cada vez abundan más los políticos que para conseguir sus objetivos sorteando el obstáculo que supone la opinión de los ciudadanos que les votan y pagan su sueldo prefieran dividir y enfrentar a unos ciudadanos contra otros, aunque sea a costa de difamar a unos para azuar la envidia de los otros. Me parece muy triste, viendo los lamentables resultados de tan nefasta política en Cataluña, que a nivel local se reproduzca el mismo comportamiento irresponsable que hemos tenido que ver a nivel nacional.

El señor alcalde afirma que la Escuela de Música necesita la solidaridad de todos y que la subida de tasas que él propone no va a suponer un aumento de tasas para (cito textualmente) el "99%, [que] gana menos de 1.500 euros, 4 ó 5 ganan más de 1.500 y a ésos les subirá 7 euros al mes". O la subida va a afectar a muchas familias, y por eso se puede intentar vendérnosla como algo necesario, o sólo va a suponer para el ayuntamiento unos pocos euros de diferencia, y entonces no va a servir de nada ni se justifican críticas tan malintencionadas a quienes no están de acuerdo. Las dos cosas a la vez no pueden ser ciertas. Además, a ninguno se nos ha preguntado al formalizar la matrícula cuánto dinero ganamos, así que las afirmaciones del señor alcalde sobre a cuántas familias y cómo va a afectar la subida de tasas no tienen base alguna, ni se corresponden con la realidad. Si fuera cierto que son tan pocas familias, el señor alcalde no tendría motivo para sentirse tan incómodo por su discrepancia.

Creo que los ciudadanos de Valdepeñas no nos merecemos un alcalde que en la misma entrevista hace afirmaciones claramente contradictorias, o completamente absurdas, como que esta medida sólo pretende poner la música y la danza al alcance de todos, beneficiando a familias con ingresos inferiores a 532 euros mensuales, que tendrán que pagar, por ejemplo, 351 euros anuales para un primer curso. ¿En qué cabeza cabe que una familia en tan grave situación económica esté pensando en invertir más que el sueldo de un mes para que su hijo estudie música? Si hubiera alguien así, necesitaría una beca que le cubriese todos los gastos, no una simple reducción en unas tasas que seguirían siendo más altas que en otras escuelas municipales en las que no hay "subvenciones" como la que se nos quiere obligar a pagar sin rechistar, como si no lleváramos años contribuyendo mucho más que en otras localidades al mantenimiento de nuestra Escuela de Música y Danza.

Si de verdad le preocupara nuestra escuela al señor alcalde, lo que haría es rebajar sus tasas, para que vuelvan a ella todos los alumnos y profesores que se han visto obligados a abandonarla en los últimos años. ¿No se da cuenta de que eso atraería incluso a más alumnos de otros pueblos, cuyas madres todavía (no sabemos por cuánto tiempo más) pasan la tarde de compras por Valdepeñas mientras ellos estudian en la Escuela? Eso es turismo cultural de calidad, del que deja dinero en el pueblo y crea empleo.

La realidad y los datos objetivos son muy distintos de como los cuenta el señor alcalde, pero en una sola cosa de las muchas que ha dicho sobre este tema últimamente tiene razón: su política de los últimos años en materia de la Escuela de Música le va a costar algunos votos. Yo creo que más de los que se imagina.