jueves, 18 de abril de 2024, 03:27

Hacerse el muerto

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Con éste comenzamos una serie de artículos “regalo”. Son joyas que el Maestro Soma, director de la escuela Witryh, escribe periódicamente y que constituirán otro de los libros de esta escuela. 


ÁSANA 1. “SHAVÁSANA” – El Cadáver 


INTENCIÓN 


El protagonismo en una sesión de Yoga, se lo lleva el cuerpo físico. Sin embargo, el protagonista en la fase de la relajación no es precisamente el cuerpo físico, sino el cuerpo sutil y el alma. 


En la sesión de ásanas, una de las premisas u objetivos es alcanzar la cota más elevada de sensibilidad física y sensorial. En la fase de Shavásana, la premisa sine qua non es insensibilizar el organismo para que actúe la consciencia anímica. 


Los Yoguis llamaron a este ásana “Shavásana”, que significa cadáver, para explicar cómo debe sentirse el cuerpo físico durante la relajación. Sentirse cadáver es sentirse sin sensibilidad en el organismo. 


El propósito de este estado es alcanzar: 


La paz absoluta, 


el perfecto descanso, 


la recuperación energética, 


la recepción de mensajes subliminales, 


la conexión con los planos sutiles del alma, 


la integración del trabajo realizado en la sesión de ásanas, 


y el viaje del alma. 


Es en el período de descanso cuando la energía puede discurrir por su justo cauce. Para alcanzar la insensibilización y posteriormente los mencionados propósitos, el tiempo mínimo de relajación es de 20 minutos. A no ser que se pretenda solamente un cierto nivel de sosiego físico. 


Shavásana es el ásana del “no hacer” del cuerpo físico y el ásana del buen hacer del alma. 


Cinco son la áreas de relajación a las que puedes acceder, o también cinco son las áreas del ser humano que es preciso pacificar para ampliar y comprender los brillos del ama y potenciar así la evolución de la misma: 


1- Sosiego físico. 


2- Calma sensorial. 


3- Serenidad emocional. 


4- Paz mental. 


5- Silencio interior. 


Todas ellas son interdependientes, no se pueden aislar, porque cada una de ellas tiene relación con las demás. 


ACCIÓN 


Hay muchas fórmulas para entrar en el estado de relajación, que tiene que ver con el quinto paso del Ashtanga Yoga, “pratyahara” o absorción de los sentidos. Yo te propongo una de las más efectivas, directas y contundentes para que el estado de insensibilización surja: 


1. Pon toda tu atención en inmovilizar todas las partes de tu ser y especialmente los ojos, que deben permanecer cerrados e inmóviles en la medida de lo posible. 


2. Conduce tu atención hacia el entrecejo o centro del cerebro (glándula pituitaria). Absorbe la energía sutil (prana) de las diferentes partes de tu organismo con la inspiración y centra tu atención en el entrecejo en la espiración. 


3. La respiración durante los 10 primeros minutos debe ser alargada y profunda. Después de esta fase la respiración debe ir a su ritmo, con suavidad y dulzura. 


4. Olvídate de tus problemas y conecta con el aquí y ahora, el eterno presente. Un día tu alma despertará fuera del cuerpo. Desde ese día habrá un antes y un después en tu vida. 


CREACIÓN - 


Tumbado en una esterilla (si puede ser esterilla esenia, tanto mejor para la experiencia de la relajación) en decúbito supino.


- Con las piernas abiertas en ángulo de unos 30 o 40º, los pies caen hacia fuera. 


- Las manos con las palmas abiertas al cielo y los brazos ligeramente separados del cuerpo. 


- Las cervicales estiradas y el mentón dirigido al esternón. 


- El sacro colocado en retroversión pélvica.


- Toda la musculatura “debe colgar” del esqueleto. 


- Los ojos cerrados mirando hacia el interior del cerebro.