viernes, 29 de marzo de 2024, 00:06

​Antonio Espinosa: “La cooperativa olivarera de Valdepeñas es un ejemplo de buen hacer”

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Fue fundador de Asaja, negociador de precios durante 12 años, presidente de la Cámara Agraria durante 25 años y llevó las riendas de la histórica Droguería Espinosa, que ha estado abierta en la calle Escuelas durante 99 años. Además, es socio de la Cooperativa Olivarera de Valdepeñas (Colival) desde su fundación. Actualmente, Antonio Espinosa, de 98 años de edad, continúa al pie del cañón preocupándose cada día por todo lo que acontece en torno a Colival y asegura que durante toda su vida ha seguido el lema de ‘Compra bien y venderás mejor’, que le enseñó su padre. Por todo ello, hemos querido hablar con él para conocer su experiencia de toda una vida ligada a la cooperativa de Valdepeñas y al sector del olivar.


¿Cómo empezó su relación con Colival?


Mi padre era el jefe del pósito de la Hermandad de Labradores. Hubo un señor que dejó de pagar lo que había recibido y aportó los terrenos que ocupa actualmente Colival. Entonces mi padre cedió en un precio simbólico el coste del crédito que habían hecho a la cooperativa que, por cierto, quedaron unos metros y se hizo la cooperativa. Después de los primeros momentos estaba fundada por la herencia del padre de mi mujer y de mis cuñados. Cuando me hice cargo de la Cámara Agraria, de la que fui presidente durante 25 años, le ofrecía al entonces director el resto el terreno y no lo quiso, así que tuvimos que vender parte a otro señor. La verdad es que soy miembro de la cooperativa desde su fundación. La cooperativa es hoy un ejemplo de buen hacer y hemos pasado a ser la cooperativa con mayor extensión de olivar de la región porque actualmente Valdepeñas sobrepasa las 7.500 hectáreas y estamos próximos a las 8.000 en extensión de olivos, superando a la extensión de viñedo.


¿Por qué se convirtió en olivarero?


La razón de convertirme en olivarero, puesto que yo era enemigo de la oliva, fue porque un día, estando en la finca de Mario Conde y Juan Abelló, estuvimos estudiando las grasas que se consumen en el mundo y la incidencia del aceite de oliva no llegaba al 3%. Entonces, vine a casa y planté 6.000 olivos. Actualmente tenemos 17.000 olivos, 15.000 en producción y 2.000 en promoción y es probable que este año completemos hasta llegar a los 25.000.


¿Es más rentable el olivo que la viña?


Lo que hay que tener en cuenta es que los suelos de la Mancha no son profundos, son pobres en agua y en calidad. Y al mismo tiempo tenemos la suerte de tener dos estaciones, invierno e infierno. Ni primavera ni otoño. Todo ello es bueno para evitar la plaga que actualmente asola el mundo eliminando el olivo, la xylella fastidiosa, la cual necesita un tipo de ambiente y condiciones que es todo lo contrario a lo que tenemos en la Mancha.


¿Cómo ve la evolución que ha tenido la cooperativa todos estos años?


La cooperativa ha evolucionado con arreglo a las cosechas que hemos tenido y a la incidencia que ha tenido. Actualmente Valdepeñas tiene la cooperativa de mayor densidad, mayor producción y mayor calidad y al mismo tiempo, la industria particular de Óleos Pepillo que es la número uno de la región. Y entre una y otra mueven una cantidad de kilos que se suele situar en 70 millones de kilos de aceituna al año.


¿Cómo ha evolucionado el sector del olivar en este tiempo?


El sector del olivar ha evolucionado y con el tiempo ha ido creciendo porque la gente se ha dado cuenta de que no podemos competir en España con los cereales de Centroeuropa porque tienen mejor calidad de suelo, mayor cantidad de lluvia y más amplitud de proporción. Al haber intervenido Rusia, Bulgaria, Hungría, Rumanía y Polonia, se han agrupado en grandes unidades y hay cantidad de kilómetros de una misma producción de cebada, de trigo, de avena…


¿Qué le parecen los aceites que se están elaborando actualmente en Colival?


El aceite de Colival es un aceite puntero en España. Pero yo he conocido molinos de aceite que la aceituna que le han llevado en diciembre la han molido en marzo. Y esto actualmente en España no se produce porque todo el mundo tiene ya máquinas y prensas y los aceites son buenos en todos sitios. Lo que ocurre es que cada uno tiene una peculiaridad y tiene una gran influencia la base productiva y la calidad de la aceituna. Los mejores aceites del mundo se hacen en España, en la provincia de Córdoba, porque tiene una diversidad muy grande de plantas autóctonas y la producción que tienen está en los mejores restaurantes de toda España.


Ha cambiado mucho la forma de recolectar aceituna y de elaborar los aceites con la mecanización de todo el proceso ¿verdad?


Sí, pero la mano del hombre es importante. Toda la aceituna que entra en Colival es de vuelo, del árbol a la manta que se coloca en el suelo y tiene más calidad, porque luego hay zonas en las que la aceituna va directamente al suelo y después la recogen.


¿Qué significa para Valdepeñas contar con una cooperativa como Colival?


El prestigio de la cooperativa de Valdepeñas es que están llegando socios de toda la zona productora que la circunda. Hay que tener en cuenta que Valdepeñas está llamada a ser el núcleo productor y distribuidor de aceite más fuerte de La Mancha porque lo circundan Castellar, Torrenueva, Viso del Marqués, La Solana, San Carlos del Valle, Alcubillas e Infantes. Y tenemos muy buena calidad y muy buenos gestores porque las empresas son los hombres y en Valdepeñas hemos tenido la suerte de tener muy buenos gestores.


¿O sea que la gestión que se ha hecho en Colival es muy buena?


Colival siempre ha tenido muy buenos gestores y hoy día tiene un equipo de dirección que ya lo quisieran tener en muchos sitios.


¿Los valdepeñeros somos conscientes de la importancia de tener una cooperativa como Colival?


Lo bueno que tiene Valdepeñas es que tiene la bodega más importante de Europa, el almacén de cereales más importante de la región y la fábrica particular de aceite más importante de la Mancha, aparte de la cooperativa. Valdepeñas es hermana de los pueblos que tiene alrededor pero somos distintos porque tenemos una influencia andaluza, manchega, madrileña, podemos considerarnos la internacional manchega.


¿Qué ha significado la cooperativa para usted?


Yo estimo a la cooperativa porque desde que empecé a coger aceituna la estoy llevando a la cooperativa y me encanta que vaya a más. Y va a ir a más porque cada vez plantamos más olivos. Y como la gestión es positiva, la adicción de los que quieren venir es mayor cada día. Porque no sólo vienen de Valdepeñas, sino también de otras poblaciones porque la gestión de los gestores y el trabajo de la plantilla son muy efectivos.


¿Por qué sigue teniendo ese gran interés en la cooperativa?


Porque todo lo que sea crear riqueza es bueno para mi ciudad de la que soy un gran amante. He viajado mucho durante toda mi vida. Hasta el 2005 hacía una media de 50.000 kilómetros al año. Hemos tenido negocios por toda España y teníamos una relación tremenda con todos, con olivareros, viñeros, cerealistas, y porque he sido doce años negociador de precios agrarios teniendo contacto con toda España. Y también estuve negociando en Bruselas. Pero siempre ha sido Dios el que me ha inspirado y el que me inspira.


¿Cómo ve la situación de la economía de Valdepeñas? ¿Está mejor o peor Valdepeñas que hace unos años?


Valdepeñas siempre ha sido un pueblo muy puntero porque ha sido siempre exportador de sus vinos. Lo hacían las bodegas Luis de León, las bodegas Peinado, las bodegas Bilbaínas, las bodegas de Andrés Sánchez… Hemos sido inquietos y no nos hemos limitado a lo local. Siempre hemos sido muy comerciantes. Y en este momento sigue comercializando bien sus producciones tanto en aceite, como en pan, como en vino.


¿Por dónde cree que pasa el futuro de la cooperativa?


Ciudad Real ha pasado a ser la principal provincia productora de aceite de la región, es el número uno y va a más porque lo se está haciendo es muy positivo. En mi caso, cuando planté 6.000 olivos al principio, los planté porque recorrí Navarra, Aragón, Cataluña, Levante y Andalucía, estudié las variedades que eran productivas, la masa foliar que cada unidad tenía, que es el acompañante de la gran producción, y el marco permitido que soporta la densidad de tierra y nos inclinamos por la variedad picual. Lo viable, lo sostenible, está en plantar a ocho por ocho el tipo de olivar que cada uno quiera. Así se conseguirá una renovación de olivar de primera categoría.