jueves, 18 de abril de 2024, 12:42

Santiago y la restauración de la parroquia, protagonizaron el día grande de la feria

|


El día grande de la feria de La Solana tuvo un protagonista principal: Santiago Apóstol. Lleno a rebosar en la iglesia de Santa Catalina para seguir la misa solemne en honor al patrón y homilía reivindicativa del párroco, Benjamín Rey, que pidió, incluso exigió, apoyo económico a los solaneros en general, y a las hermandades religiosas en particular, para financiar el oneroso coste de la obra de rehabilitación recién concluida.

El templo lucía sus mejores galas para la ocasión. La Hermandad de Santiago colocó pendones blancos con la cruz santiaguista en los contrafuertes laterales, mientras la imagen del Apóstol Peregrino presidía sobre sus andas junto al altar mayor.

La primera bancada de la repartían las autoridades y la hermandad organizadora. A un lado, el alcalde, Luis Díaz-Cacho, y concejales de los grupos socialista y popular. Al otro, los directivos de Santiago. Detrás, representantes de otras cofradías y hermandades y el resto de fieles que llenaban por completo el templo.

En la homilía, el párroco Benjamín Rey se refirió a la pasión del Apóstol como ejemplo a seguir por cada persona en su día a día. “En nuestra vida hay mucho de rutina y hay que apasionarse en el compromiso diario con la sociedad, no sólo con nuestros gustos particulares”.

Pero también aprovechó la ocasión para solicitar ayuda económica, pocas semanas después de finalizar una importante obra de rehabilitación del tejado y las capillas. Una factura de 500.000 euros que hay que pagar. “Este momento para el compromiso personal y comunitario”. “Hemos cumplido bien, echándole pasión y poniendo lo mejor de nosotros mismos, pero ahora os toca a vosotros”, dijo el párroco. “Es difícil entender que hablemos con orgullo del buque insignia de los solaneros y que luego haya hermandades y grupos que ni se planteen cómo pueden colaborar”. “Confío en la generosidad de los solaneros y también en la sensatez de hermandades y grupos que no se encierren en lo suyo”.

Después llegó el momento del ofertorio. El secretario de la hermandad de Santiago, Paulino Sánchez, fue llamando a las hermandades y asociaciones religiosas para que entregaran sus ofrendas al celebrante. El oficio también contó con un poema dedicado al Apóstol, leído por Ramona Romero de Ávila, acompañado por la guitarra de Francis Alhambra. El presidente de la hermandad, Juan Rodríguez-Rabadán, entregó una medalla a la poeta y una placa al coro parroquial, que acompañó con sus cánticos toda la ceremonia.

Al término de la misa comenzó la procesión. El Apóstol salió a hombros llevado por portadores en una mañana espléndida y no demasiado calurosa. La Cruz Alzada abría el desfile callejero, seguida por representantes de cofradías y hermandades, Banda Municipal de Música, el estandarte rodeado por hermanos y hermanas ataviados con camisetas blancas con la cruz santiaguista y portando el bordón de peregrino, y niños con capa blanca. A continuación, la imagen portada a hombros y bellamente engalanada con flores naturales. El cortejo lo cerraban el clero y las autoridades.