jueves, 25 de abril de 2024, 16:14

Raúl López: "Ser sacerdote es acompañar a tanta gente que lo necesita"

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051018 VA SACERDOTE


Después de haber pasado nueve años en el seminario, el joven valdepeñero Raúl López, de 25 años de edad, ha sido ordenado hace unos días sacerdote, cumpliendo así el sueño de su vida y haciendo realidad su vocación. Y es que, según él mismo afirma, recibió la llamada de Dios durante unos campamentos juveniles a través de un formador del seminario y varios seminaristas y a partir de ahí se planteó su vocación. Después de la emoción vivida estos días tras su ordenación como sacerdote, recogemos sus impresiones en esta entrevista.


¿Cómo te sientes tras haber sido ordenado sacerdote?


La verdad es que me siento muy contento, muy ilusionado y disfrutando de estos primeros días.


¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser sacerdote?


Es verdad que la llamada de Dios para ser sacerdote empecé a sentirla en 3º de ESO. Es verdad que es una llamada que va creciendo en tí y te das cuenta más adelante. Pero fue sobre todo en unos campamentos juveniles donde me encontré con un formador del seminario y con varios seminaristas. A partir de ahí surgió la pregunta de si esos jóvenes se están planteando por qué no ser sacerdotes, por qué yo no me podía hacer esa pregunta.


¿Y cómo es esa llamada?


Es cierto que Dios no nos habla pero nos habla a través de acontecimientos y de personas y es cierto que ese formador me preguntó si conocía el seminario y si me había planteado ser cura alguna vez. Dios se vale de esas personas para ayudarte a descubrir esa vocación.


Llama la atención que alguien se haga sacerdote en un momento en el que precisamente hacen falta sacerdotes y eso no es lo común...


Es cierto que en muchos sentidos se camina a contracorriente en esta aventura de ser sacerdote. Pero es cierto que todavía hay gente y jóvenes que se están planteando esa vocación, igual nosotros para el sacerdocio, que cualquiera para el matrimonio o para otra vocación pero deciden confiar en Dios y responderle generosamente.


¿Cómo ves el momento que vive el sacerdocio?


Lo veo ilusionante y esperanzador desde este momento. Es cierto que son momentos que no son fáciles, vivimos en un mundo que necesita de sacerdotes, hay mucha gente por atender, muchos enfermos por visitar y mucha gente que necesita también de esa esperanza y de esa confianza en Dios.


¿Qué haría falta para que más gente se dedicara al sacerdocio?


El testimonio de nosotros, los cristianos, un estilo coherente de vida y ver que es posible entregar tu vida a Dios, y en el servicio al  hermano y a los demás. Creo que hoy en día hay muchos ejemplos de sacerdotes que se vuelcan y eso también nos ayuda a nosotros a descubrir y a seguir esa llamada.


¿Qué es para ti ser sacerdote?


Se basa en dos claves: hacer presente a Cristo en la Eucaristía y acompañar, como el buen Pastor, a tanta gente que lo necesita, en los momentos de alegría, en los momentos de tristeza, en esas situaciones.


¿Cómo fue la primera misa que oficiaste en la Asunción?


Fue muy emocionante porque estuve arropado por toda la comunidad parroquial, por toda la gente de Valdepeñas, muchos sacerdotes,... Y emocionante también porque los sentimientos vividos todos estos años en el seminario y con la familia salieron también a relucir.


¿A partir de ahora dónde vas a ejercer?


Vamos a vivir un grupo de sacerdotes en Porzuna y desde ahí atenderemos diferentes pueblos de la zona de los Montes.