viernes, 29 de marzo de 2024, 06:27

'Mamá', de Luis Antonio de Villena

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040618 VA BROTONS


Joaquín Brotóns Peñasco

www.joaquinbrotons.com



La editorial Cabaret Voltaire ha publicado el libro: “Mamá”, cuyo autor es el prestigioso escritor Luis Antonio de Villena, nacido en Madrid, en el seno de una acomodada familia en 1951, poeta, narrador, ensayista, crítico literario y traductor, que estudió Filología Románica y Lenguas Clásicas y orientales en la Universidad Complutense de Madrid. Su amplia obra cuenta con más de 100 tomos, entre los cuales destacan sus libros de poemas: “Sublime solarium” (1971), “Huir del invierno” (Premio de la Crítica 1981), “La belleza impura” (poesía completa 1970-1989), “Desequilibrios” (2004), “Los gatos príncipes” (VII Premio Internacional Generación del 27) y “La prosa del mundo” (2009). También ha cultivado la novela, género, entre la que sobresalen títulos como “Amor pasión” (1983), “Chicos” (1989), “El burdel de Lord Byron” (Premio Azorín 1995), “Fácil “(1996), “El mal mundo” (Premio Sonrisa Vertical 1999), “La nave de los muchachos griegos” (2003), “Malditos” (2010) y “Majestad caída” (2012). En su faceta de magnífico ensayista ha publicado: “El libro de las perversiones” (1992), “Wilde total” (2001), “Diccionario de mitos clásicos para uso de modernos” (2011), “Lúcidos bordes del abismo” (2014), entre otros. “El fin de los palacios de invierno” (2015) y “Dorados días de sol y noche” (2017), que son los dos tomos de sus interesantes memorias editados hasta el momento”. Otros títulos dignos de destacar de su vasta obra, serían: “Fuera del mundo”, “Mártires de la belleza”, “André Gide” y “Caravaggio”. Más información en su página: luisantoniodevillena.com.


EL LIBRO


La bella e interesante edición del citado libro: “Mamá”, es un ejemplar raro, muy raro entre la soberbia obra del autor español, que está considerado como uno de los mejores escritores vivos del momento y que para mí es el García Lorca del siglo XXI. Tiempo al tiempo, que es el que pone a cada cual en su sitio, aunque no siempre acierta, ya que hay premios Nobel, que son de pena y debieron concedérselos por la rifa del chocolate.


El libro que comentó es una extraña mezcla de relato-diálogo con su madre, en el que nos narra la vida compartida con ella durante más de sesenta años, una relación amor-odio entre su mamá y él, en la que, sin pelos en la lengua, nos va explicando la convivencia con ella, que no siempre fue buena, ni fácil, como cada hijo de vecino, ya que, los homosexuales solemos ser muy madreros e idealizamos mucho a nuestras madres, salvo excepciones, que de todo hay en la viña del señor, hasta cepas locas…, que parece por la indiferencia que sienten hacia sus progenitores, que son como los bichos del vinagre: “Que no tienen ni padre, ni madre”, que se dice en el lenguaje vinatero de mi amada ciudad-isla, Valdepeñas, mi Alejandría de La Mancha.


El citado libro, que es más una plegaria, una oración pagana, pero llena de amor por ambas partes, aunque a veces, en muchas ocasiones, nuestras madres, nos quieren tanto, que nos perjudican, sin querer hacernos daño, claro, dado que el amor de madre es único, irrepetible, pero todavía mucho más con los gays, que sabemos perfectamente, que será el único y verdadero amor de nuestras vidas, el que no nos abandonará, ni nos traicionará, ni nos dejará tirados en la cuneta, terriblemente solos en mitad del camino y hundidos en el pozo negro de la depresión y la angustia, entregados a las manos de psiquiatras y psicólogos, que, difícilmente, entienden nuestra pasión desbordada, desmesurada por el ser amado, que huye de nuestros brazos.


CONCLUSIÓN.


En fin, que estamos ante una obra maestra de memoria existencial, que no es mera memoria, ni una biografía, sino una confesión del hijo que ha perdido a su adorada madre y se queda totalmente solo y sin familia…, desvalido, ya que ella, su querida madre, le solucionaba todos los problemas prácticos de la odiosa vida diaria, algo que nos ha pasado a muchos, como al autor de este artículo, que tras la muerte de mi madre, que viví toda la vida junto a ella-menos el último año-, en la misma casa y cuando se marchó, no sabía ni poner en funcionamiento la lavadora, siendo, como soy yo y Villena, unos totales inútiles para la vida práctica, hasta el extremo de que mi madre, cuando ya se vio muy mal, le dijo a la señora que le hacía la limpieza de la casa y que llevaba con ella más de 20 años: “No dejes a mí hijo solo, que no sé que va a ser de él, cuando yo me marche”. También la mamá de L. A. de Villena le espetó a su amado hijo: “Ahora tienes que ser fuerte”.


¿Quizás debimos abandonar el nido materno y cortar el cordón umbilical?, pues no lo sé, sinceramente, pero siempre nos dio miedo, nos causaba pánico, terror, enfrentarnos a la vida de forma independiente, sin tener su apoyo siempre fiel, protector…


Bienvenido sea al mundo editorial esta joya de libro-confesión, en el que el gran luis Antonio de Villena, se quita la máscara del carnaval de la vida y nos muestra su cara más íntima y sincera, la de un ser humano extremadamente sensible, frágil, débil, vulnerable y solo…


Faltan libros tan sinceramente desnudos y desgarradores, en la historia de la literatura, pues éste es uno de ellos. No dejen de leerlo, que les sorprenderá mucho descubrir, ver, como la mayoría de los homosexuales amamos a nuestra madres hasta la adoración, la veneración, que, casi siempre, suele ser mutua y de entrega total, aunque hay un antiguo dicho popular del pueblo llano, que dicen mucho en mi tierra: “Una madre es para cien hijos, y cien hijos no son para una madre”- cito de memoria-.


Y pongo punto final con la despedida que Villena escribe en su bellísimo, emotivo y descarnado libro: “Eso es. Fue eso. Falta eso. No lo he sabido decir mejor. Sin ti, más que nunca, yo hago lo que voy pudiendo y todo lo rige la inestable fortuna. ¡Qué grito hay en esa palabra niña,”mamaíta”! ¡Cuánta desazón amorosa! ¡Cuánto amor, dolor, desamparo y poquedad juntos”!


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