viernes, 29 de marzo de 2024, 10:05

Encerrados en la casa de atrás

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Sharon Dogar, autora de esta novela, hace referencia en el prefacio a Ana Frank, a su familia, a su historia y a varias aclaraciones de Otto Frank después de la muerte de su hija (como por ejemplo, que él no sabía de la existencia de esos escritos y añade que “los padres no sabemos cómo son nuestros hijos”). Dogar escribe desde su opinión e incluye algunas notas a pie de página de modo explicativo.


Después del prefacio, comienza la recreación de los van Daan y los Frank desde el punto de vista de Peter van Daan, que se encuentra dividida en dos partes: la primera de ellas llamada “el anexo” de julio de 1942 a agosto de 1944 (cuenta la llegada a la casa con Ana, su convivencia, lo que hacían, el modo en que se comportaban, cuando empezaron los primeros sentimientos…) y la segunda “los campos” mayo de 1945 (se detallan los sentimientos de Peter al llegar allí, la situación, como fue el trayecto al campo, la llegada, el dolor, el cansancio, el miedo a la pérdida de vida, las aglomeraciones de recuerdos…).


Se ofrece una visión bastante diferente de cómo vivió esa etapa Ana a como la vivió Peter. Por las conversaciones que mantienen ambos parecen personas adultas. En este libro se aprecia un lenguaje más adulto, mientras que en el Diario de Ana Frank resulta todo más adolescente y endeble. Entre ellos, también se hacen notar las típicas discusiones y dudas de parejas que se tienen con quince años.


Cada capítulo está cronológicamente ordenado, tal y como lo presenta también el Diario de Ana Frank. Esta edición cuenta, además, con algunas ilustraciones. No son muchas, pero sí las suficientes para visualizar los hechos más importantes (como el plano de la casa donde permanecieron escondidos tanto tiempo, el dibujo de Peter de antes y después de entrar en el campo de concentración, las pilas de personas iguales con los mismos trajes de rallas…). En el anexo aparecen fragmentos que Peter ‘escribió’ en el campo, intercalándose con lo que fue sucediendo en la casa antes de marcharse.


Al principio de la novela, todo se cuenta con mucha tensión. El resto queda desarrollado de una forma más tranquila y en la segunda parte (‘los campos’) vuelve a resurgir esa narrativa inquietante. El epílogo es una de las partes que más destaco de los libros, porque cuenta y aclara lo suficiente para dejar con mejor sabor de boca al lector del que ya tenía. En esta sección se comenta el final que le perteneció a Peter y analiza a todos los personajes (tanto a los van Daan como a los Frank) en un breve resumen. Bajo mi punto de vista, este libro es mucho mejor que el Diario de Ana Frank.

Es un libro bastante completo y muy descriptivo (de muy buen modo, he de decir), que refleja la personalidad de Peter, sus pensamientos, sus gustos, sus miedos e inquietudes. La escritura de esta novela histórica requiere de mucha documentación para compenetrarse de la forma perfecta con el Diario de Ana Frank y con los sucesos de esos años.

Algunas frases que destacaría es este libro son:


– Ellos queman los libros. Los queman en pilas amontonadas de libros.


Ya lo sé, pero acuérdate de lo que dice tu padre: no pueden quemar las ideas.


Al final no se distinguirá si somos hombres o mujeres. Al final no seremos más que huesos.


Nuestros nombres han desaparecido, ahora somos números.